A finales de la década de los ochenta, en el
"Diario Jaén", se cuenta un detalle digno de elogio atribuído al jugador de
Miranda, a Luis Alcalde. Y es que en aquella época, al parecer, había jugadores que no rendían al
mismo nivel de lo que cobraban, jugadores que no daban la medida que estaban
obligados a dar y ponían a nuestro paisano como envidiable ejemplo: "Sin embargo
hay un precedente en 1948. Su protagonista fue Luis Alcalde, un interior firmado
por el Real Jaen, procedente de Segunda División. Cuando se llevaban unas
jornadas y vio que su aportación al equipo no era la adecuada, se presentó a la
directiva, dijo que no se encontraba físicamente en condiciones de rendir a tope
y, tras devolver el dinero percibido, se marchó, prometiendo regresar cuando se
encontrara bien. Y regresó al poco tiempo, jugó y fue un jugador sobresaliente
en esa temporada y en la siguiente.
Este rasgo de honradez creo que no se había
producido,- escribía Vica-, ni se volverá a producir. No hay alcalde que haga
eso en la actualidad. Ni alcaldes futbolistas, ni alcaldes de los otros. Así que
esta no va a ser la vía por la que el Real Jaén pueda liberarse de la carga de
unos jugadores que no rinden satisfactoriamente".
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