viernes, 5 de noviembre de 2010

Uncilla



Si el Club Deportivo Mirandés ha tenido jugadores rentables a lo largo de su historia, hay que tener muy en cuenta la participación de Uncilla a su paso por el club "ferroviario" en las cinco temporadas en las que intervino jugando 152 partidos y marcando 57 goles. Hay que significar de Uncilla que fue un jugador "todo-terreno" y, por supuesto, muy rentable para los colores mirandesistas.
En dos temporadas se proclamaba máximo goleador: en la de 1957-58, con 25 goles y en la de 1962-63 que conseguía 12. Pero digamos que Carlos Uncilla Ondarre nacía en la localidad guipuzcoana de Elgóibar el día 2 de noviembre de 1928, año y medio después de la fundación del Club Deportivo Mirandés.
Del Elgóibar pasaría a engrosas las filas del Real Jaén, y de este club y de la mano de su presidente, Antonio Calvo, (padre del que fuera entrenador y presidente del Mirandés, José Luis Calvo), vendría al Mirandés. Era la temporada 1952-53 que coincidía con las Bodas de Plata del primer Club de Miranda, presidido entonces por Rafael Fernández España. Y llega el día del debut: es el 4 de septiembre y en el primer partido de la temporada pierde el Mirandés en erandio por 3-1, con esta alineación: Martiarena; Igartua, Gabilondo, Cuartango, Villaverde I, Valencia, Arbáizar, Uncilla, Reinares, Alcalde y Villaverde III. En su primera temporada en el Mirandés Uncilla ganaría 750 pesetas mensuales y jugaría 32 partidos marcando 5 goles
Las cuatro temporadas restantes, hasta su vuelta al Mirandés, juega Uncilla una temporada en el Eibar (Segunda División), otra en el Deportivo Alavés (Primera División) y las dos siguientes en el Córdoba: la de 1955-56 en Tercera y la de 1956-57, en Segunda.
Cumplido este paréntesis de cuatro temporadas lejos de Anduva, Uncilla vuelve al Mirandés en la temporada 1957-58, una temporada en la que el conjunto rojinegro conseguiría el segundo puesto que le daba opción para disputar la liguilla de ascenso. No lograría su objetivo al quedar eliminado por el Castellón en el partido de desempate jugado en el campo de Torrero de Zaragoza. Sobre este encuentro Uncilla nos recordaba dos aspectos: "El partido jugador en Miranda contra el Castellón en la segunda eliminatoria de ascenso, pienso que fue mi mejor actuación. Por contra, del partido que me siento más desiluisionado, es del que jugamos en Castalia donde perdimos por 4-1 debido al parcialísimo arbitraje del cordobés López Alamillo. En Miranda habíamos ganado por 3-0 y en el encuentro de vuelta nos adelantamos en el marcador con un gol que tuve la fortuna de conseguir poniendo con ello la elimatoria en un claro 0-4. Pero luego, la labor arbitral, influyó de forma clara y contundente para que perdiéramos por 4-1 y luego nos ganaban en Zaragoza por 3-0 cuando ya acudíamos a Torrero bastante desilusionados por lo que había ocurrido en Castellón dos días antes"
En relación al desplazamiento a Castellón, Uncilla nos recordaba:"La empresa donde trabajaba no me daba permiso para viajar con antelación. Tuvieron que venir a Elgóibal el alcalde Miranda y el presidente del Club para solicitar mi permiso y lo consiguieron".
En esta temporada Uncilla jugaría 38 partidos y marcaría 25 goles.
Con 27 partidos y 9 goles la siguiente temporada, Uncilla se volvía a despedir, para volver en la década de los sesenta.
En la temporada 1962-63 son 26 partidos los que juega y marca 12 goles. Se despide en la siguiente temporada jugando 29 partidos y marcando 6 goles. A los 35 años se despide Uncilla del fútbol. Su último encuentro se refleja el 26 de abril de 1964. En este último partido de Liga se produce la visita del Logroñés que gana de forma contundente: 1-5. La alineación mirandesista la formada por Del Rio; Elcoro, Aldareguía, Pálix; Arenaza, Zubizarreta; Pagalday, Núñez, Letamendía, Aznar y Uncilla.
Uncilla trabajó mucho años como tornero mecánico. Su última empresa fue "ACME, S.A." de Elgóibar donde abandonó la actividad laboral por incapacidad.

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