¿Alguien tiene un plan para el Real Zaragoza?
El entorno del Real Zaragoza suspira por encontrar una salida a la delicadísima situación por la que atraviesa la entidad blanquilla.
¿Has estado en La Romareda? Búscate. .CAMINO IVARS
Recupera Nayim esa idea de la existencia de un 'plan C' para salvar al Real Zaragoza, una apuesta empresarial de última hora a la que los propietarios, locos por vender, se agarrarían para intentar colocar sus acciones. Que es, al fin y al cabo, por lo que suspiran los empresarios agrupados en torno a Lasheras.
Descartadas ya otras propuestas -porque encomendarse a los actuales dueños, a Kadir o a los mexicanos suena a quimera-, la idea planteada por Nayim y por la que parece que se conduce desde hace algún tiempo Lasheras suena a desesperada alternativa para encontrar una salida a la delicadísima situación de la entidad.
Pero más allá de ilusiones y de buenas voluntades, un análisis real exige plantearse cómo alguien puede tomar las riendas de una entidad herida de muerte. Y el horizonte se torna aún más oscuro.
Es verdad que la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas, ya dio a entender que había que apartar a los 'fríkis' para garantizar la entrada de gente seria en el Real Zaragoza. La pérdida de tiempo de las últimas semanas pasa factura, sin duda, a la entidad blanquilla.
El complejo galimatías en el que está envuelto el equipo no contribuye además a crear un ambiente adecuado para fomentar inversiones.
¿Puede llegar a pesar de todo? Puede, sin duda. Pero no resulta nada fácil. Y como queda dicho, el tiempo corre en contra del Real Zaragoza y de cualquiera que pretenda adentrarse en su futuro.
Es verdad que por esta opción suspiran los dueños -que han llegado al club para venderlo y nada más-, las instituciones -muy preocupadas por el curso de los acontecimientos- y el fútbol, necesitado de un Real Zaragoza saneado.
La Liga de Fútbol Profesional no puede permitirse dejar morir a un club de referencia en el fútbol español y, al mism tiempo, una garantía de ingresos millonarios, como también reconocen los operadores de televisión.
Pero ¿quién se adentra por semejantes vericuetos?
A falta de tres semanas para echarle el candado al futuro, las perspectivas resultan desoladoras. Ni siquiera ese hipotético 'plan C'al que se refiere Nayim parece ofrecer una sólida fiabilidad. Y el tiempo inflexible, avanza. Sin que dé la sensación de que exista de verdad un proyecto. Asomados al precipicio.
Descartadas ya otras propuestas -porque encomendarse a los actuales dueños, a Kadir o a los mexicanos suena a quimera-, la idea planteada por Nayim y por la que parece que se conduce desde hace algún tiempo Lasheras suena a desesperada alternativa para encontrar una salida a la delicadísima situación de la entidad.
Pero más allá de ilusiones y de buenas voluntades, un análisis real exige plantearse cómo alguien puede tomar las riendas de una entidad herida de muerte. Y el horizonte se torna aún más oscuro.
Es verdad que la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas, ya dio a entender que había que apartar a los 'fríkis' para garantizar la entrada de gente seria en el Real Zaragoza. La pérdida de tiempo de las últimas semanas pasa factura, sin duda, a la entidad blanquilla.
El complejo galimatías en el que está envuelto el equipo no contribuye además a crear un ambiente adecuado para fomentar inversiones.
¿Puede llegar a pesar de todo? Puede, sin duda. Pero no resulta nada fácil. Y como queda dicho, el tiempo corre en contra del Real Zaragoza y de cualquiera que pretenda adentrarse en su futuro.
Es verdad que por esta opción suspiran los dueños -que han llegado al club para venderlo y nada más-, las instituciones -muy preocupadas por el curso de los acontecimientos- y el fútbol, necesitado de un Real Zaragoza saneado.
La Liga de Fútbol Profesional no puede permitirse dejar morir a un club de referencia en el fútbol español y, al mism tiempo, una garantía de ingresos millonarios, como también reconocen los operadores de televisión.
Pero ¿quién se adentra por semejantes vericuetos?
A falta de tres semanas para echarle el candado al futuro, las perspectivas resultan desoladoras. Ni siquiera ese hipotético 'plan C'al que se refiere Nayim parece ofrecer una sólida fiabilidad. Y el tiempo inflexible, avanza. Sin que dé la sensación de que exista de verdad un proyecto. Asomados al precipicio.
(Heraldo de Aragón)
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