¿Qué hay del Real Zaragoza?
El paso del tiempo no contribuye a aliviar la zozobra que invade a un zaragocismo acogotado por el desarrollo de los acontecimientos.
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Javier Lasheras, accionista del Real Zaragoza que encabeza las reuniones con Hacienda..
Pasa el tiempo sin que se concrete el sustancial cambio que se exige en el Real Zaragoza. El descuento de los días y las semanas ofrece unadesalentadora perspectiva de futuro. Ni siquiera los que se han mostrado hasta ahora más insistentes parecen ya capaces de seguir en la apuesta por la entidad blanquilla.
Tampoco el denominado plan C, al que dio entidad Nayim y por el que parece querer adentrarse Javier Lasheras, parece tomar velocidad en este complejo mundo que envuelve al Real Zaragoza. Es verdad que por él apuestan la Liga de Fútbol Profesional (LFP) e instituciones. Pero el desorden en el que se mueve la entidad blanquilla solo empuja al desánimo y al abandono. Y las dudas no contribuyen a impulsarlo.
¿Cuál es la capacidad de maniobra que brindan Lasheras, con Gamón y sus compañeros de viaje en esta aventura? Escueta. Escasa; nula, en realidad por lo que han demostrado en el tiempo que llevan de propiedad.
Porque nada han hecho, salvo desconcertar al zaragocismo y dividirse de forma interna, como queda de manifiesto cada día y predica sin reparos Mariano Casasnovas, aquel que fue abanderado, pasó a segundo plano, lo dejó todo y no se sabe muy bien qué papel juega a estas alturas.
Hace ahora un año, el Real Zaragoza, en Segunda División tras el doloroso descenso, ya tenía de entrenador a Paco Herrera –ahora, en principio, sigue Víctor Muñoz-, había iniciado la pretemporada –lo hizo el día 8 de julio- y, entre otras cosas que no son menores, había iniciado su campaña de abonados bajo el lema –tristísimo ahora, ya con perspectiva- de ‘Volver a sonreír’.
Los jugadores que aún le quedan al Real Zaragoza, con la inquietud natural de no saber siquiera si sigue adelante, están citados para el próximo 15 de julio para iniciar la pretemporada. Que es el listón mínimo que se le puede pedir a un equipo de fútbol.
En la nebulosa de su futuro, un casi imposible acuerdo con Hacienda, que no se sabe quién será capaz de asumir; el ruido de esa opción mexicana cuyo eco se pierde entre las sombras de un preacuerdo vinculante; y, sobre todo, la sensación de asomarse a un precipicio cada vez más cercano.
Ante esa contundente realidad al zaragocismo le cuesta exteriorizar la pregunta que le consume: ¿Qué hay del Real Zaragoza?
("El Heraldo de Aragón")
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