Pablo abandona el Mirandés solo y entre lágrimas
El hasta ahora “14” rojillo abandona el equipo tras nueve temporadas en las que se ha convertido en el máximo goleador de la historia del Club, y en uno de los referentes para la hinchada.
La etapa de Pablo Infante en el Mirandés ha acabado. 9 temporadas como rojillo desde que en el verano del 2005, la afición viera como un delantero, pequeño y habilidoso llegaba a la carretera de Anduva procedente de la Arandina. Pocos aficionados, o mejor dicho ninguno, hubiera acertado a decir qué iba a suponer ese jugador de calvicie inconfundible para el equipo, o mejor dicho, para la historia del CD Mirandés.
Historia en la que Pablo deja escritas algunas de las páginas más brillantes de los rojillos. El máximo goleador del Mirandés dice adiós, tras un descenso dramático, y con las lágrimas como protagonistas. Las pocas palabras que pudo articular a decir, quedaron en un segundo plano, al igual, que saber qué ha ocurrido realmente, Todavía no se ha aclarado, si se va, le han invitado a irse o se ha llegado a un acuerdo. Este extremo es algo que tanto Pablo como el Club deberán despejar a una afición que se queda sin uno de sus máximos referentes.
“El motivo de esta convocatoria es comunicaros que la próxima temporada no vestiré la camiseta rojilla”, acertó a decir Pablo, no sin multitud de pausas, medida desesperada para tratar de contener las lágrimas. No pudo conseguirlo.
Entre parón y parón y a toda velocidad, se acordó de cada una de los estamentos del Club, desde las directivas, hasta de Peru y Mas. Sin nadie en el tintero, destacó a jugadores como el “Chato” Núñez o del gran capitán Rodri. “Ellos me ayudaron a aprender los valores del Club”, afirmó.
En un momento si reproches, no hubo tiempo para una mala palabra. Eso sí, resultaba chocante que estuviera solo afrontando este duro trago. Nadie del Consejo de Administración, ni el máximo responsable en el terreno deportivo, estuvieron presentes junto a él. Tan solo dos personas de su confianza, los medios de comunicación y un empleado del Club.
Una rueda de prensa extraña y sin preguntas para despedir a uno de los mejores jugadores de la historia rojilla que acabó así: “Si algo he aprendido durante estos años es que el sentimiento rojillo es algo que llega, te cala y se queda dentro de ti. Con todo mi cariño no puedo más que estar agradecido por haber tenido el privilegio de vestir el 14 de la elástica rojilla y desear todos los éxitos a un Club que llevo, he llevado y llevaré toda mi vida, nunca os olvidare. Ahora más que nunca ¡Aúpa Miran
SEMANAL 7
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