Real Murcia
El técnico grana dice que lo de mandar a sus jugadores a la ducha
antes de tiempo fue un toque de atención y que mañana «está prohibido perder»
16 de febrero de 201
JOSÉ OTÓN.-
El Real Murcia se juega la vida mañana. Más que un partido de Liga normal y
corriente, el choque frente al Mirandés puede ser un punto de inflexión
definitivo. Bien para volver a mirar hacia arriba y buscar la zona media de la
tabla, o para hundirse aún más en la zona baja. Onésimo lo sabe. «La de mañana
es la primera de las diecisiete finales que nos quedan y ahora es la más
importante. Tenemos un calendario para coger puntos e intentar alejarnos de
donde no queremos estar. Y la primera opción es el Mirandés, un rival que está
en buen momento y un campo complicado, pero nosotros no podemos dejar pasar
ningún tren», señala.
El técnico grana cree que su equipo llega lo suficientemente enchufado al partido: «Creo que llega sabiendo lo que nos jugamos. No tenemos excusa. Ya no vale decir que el entrenador lleva poco tiempo o que lo que se propone es diferente a lo de antes. Cuando eche a rodar la pelota en Anduva debemos saber lo que queremos y tenemos que hacer. Y si hacemos lo que hemos trabajado en un nivel alto esta semana, tenemos opciones de traernos los puntos para Murcia. Les veo metidos y me da tranquilidad ver comprometida a gente que es de fútbol y que ha pasado por este tipo de situaciones. Debemos conjugar la palabra 'equipo'», asevera el vallisoletano.
El sustituto de Siviero ha completado su primera semana completa de entrenamientos. Suficiente para intentar solucionar los problemas que ocasionaron la victoria del Recre en Nueva Condomina: «Hemos hecho mucho hincapié en lo táctico.
«En no equivocarnos. Una cosa es ser valientes y otra ofrecer nuestra espalda. Lo hemos trabajado bien esta semana. Espero que el equipo esté mucho más en lo conceptual que frente al Recre». El exentrenador del Huesca y del Valladolid sabe a lo que quiere jugar en Anduva. «Los sistemas para mí son circunstanciales. Lo mismo jugamos con tres delanteros, con dos por fuera y un nueve, o con un 4-4-2 en ataque y un 4-2-3-1 a la hora de defender. Creo más en el recorrido del sistema y en cómo los asimilan mis propios jugadores».
El partido contra el Mirandés, en caso de derrota, puede convertir el tramo final de la temporada en un auténtico infierno para un equipo diseñado por Juan Antonio Samper, Gold Players y el Chuti Molina para ascender, y que, sin embargo, tendría que luchar el resto de la temporada cerca del abismo de la Segunda B. Una derrota, le dejaría definitivamente en el grupo de cola. «Todos son partidos peligrosos. Aunque el domingo no sumes y que los de abajo tampoco lo hagan, sería igual de peligroso. Está prohibido perder porque aunque queda mucho tiempo, son partidos trascendentes. No soy de excusas. El Real Murcia somos todos. Yo soy el Real Murcia y hay que echarse el problema en la espalda porque nosotros nos hemos metido en esta situación y nosotros tenemos que salir de esta».
Menos hablar y más trabajar
Una de las claves para salir del agujero donde se ha metido el Real Murcia pasa por reforzar la fragilidad mental del equipo. Aunque cuenta con jugadores con muchas horas de vuelo, como Nafti, Alberto, Acciari, Óscar Sánchez y Albiol, hay otros muy jóvenes que aún no están acostumbrados a jugar con el aliento del descenso en el cogote. «No quiero un equipo que dude, al que le entren los miedos o los malos rollos. Hay gente que sabe manejar estas situaciones y gente que no. Pase lo que pase no va a ser una ruina, pero hay que aprovechar bien las situaciones. Hay que ser realistas y afrontar los problemas. Hay muy buenos equipos por detrás de nosotros y no están desahuciados. Están cogiendo una racha muy buena y ahora mismo no hay nadie descartado ni por arriba ni por abajo. Tenemos que sumar ya», dice Onésimo con rotundidad.
El nuevo entrenador grana mezcla los mensajes directos y la vehemencia en su forma de hablarle a sus jugadores, con los halagos de cara al exterior. Una forma de proteger a sus pupilos y cargar él con toda las miradas. Por eso, el pasado miércoles se cabreó con su plantilla en Cobatillas, aunque ahora le quite hierro. «Estoy satisfecho con ellos. Mi manera de entrenar es de estar muy metido en el día a día, en cada momento, en cada ejercicio. En ningún momento se suspendió el entreno del miércoles porque si se hubiera suspendido el entreno, el primero en decirlo habría sido yo».
Aún así avisa que «nunca dejo un entrenamiento a medias. Si lo suspendo, lo hubiéramos acabado por la tarde, o por la noche. Duró los 95 minutos que estaban previstos aunque sí es cierto que el último ejercicio no nos gustaba cómo estaba saliendo, ni a nivel táctico ni a nivel físico o psicológico. Demasiado hablar y poco solucionar, y yo soy de menos hablar y más solucionar. Simplemente fue un toque de atención».
La imagen de Onésimo hablando con los capitanes al final del entrenamiento estaba prevista en el guión, según el técnico murcianista. «La charla con los capitanes ya estaba prevista antes. Si hubiera querido charlar con ellos y que vosotros no lo hubierais visto, fijaros si tengo sitios para hacerlo. Estaba prevista esta reunión para plasmar las bases de nuestro primer viaje juntos, nada más».
El técnico grana cree que su equipo llega lo suficientemente enchufado al partido: «Creo que llega sabiendo lo que nos jugamos. No tenemos excusa. Ya no vale decir que el entrenador lleva poco tiempo o que lo que se propone es diferente a lo de antes. Cuando eche a rodar la pelota en Anduva debemos saber lo que queremos y tenemos que hacer. Y si hacemos lo que hemos trabajado en un nivel alto esta semana, tenemos opciones de traernos los puntos para Murcia. Les veo metidos y me da tranquilidad ver comprometida a gente que es de fútbol y que ha pasado por este tipo de situaciones. Debemos conjugar la palabra 'equipo'», asevera el vallisoletano.
El sustituto de Siviero ha completado su primera semana completa de entrenamientos. Suficiente para intentar solucionar los problemas que ocasionaron la victoria del Recre en Nueva Condomina: «Hemos hecho mucho hincapié en lo táctico.
«En no equivocarnos. Una cosa es ser valientes y otra ofrecer nuestra espalda. Lo hemos trabajado bien esta semana. Espero que el equipo esté mucho más en lo conceptual que frente al Recre». El exentrenador del Huesca y del Valladolid sabe a lo que quiere jugar en Anduva. «Los sistemas para mí son circunstanciales. Lo mismo jugamos con tres delanteros, con dos por fuera y un nueve, o con un 4-4-2 en ataque y un 4-2-3-1 a la hora de defender. Creo más en el recorrido del sistema y en cómo los asimilan mis propios jugadores».
El partido contra el Mirandés, en caso de derrota, puede convertir el tramo final de la temporada en un auténtico infierno para un equipo diseñado por Juan Antonio Samper, Gold Players y el Chuti Molina para ascender, y que, sin embargo, tendría que luchar el resto de la temporada cerca del abismo de la Segunda B. Una derrota, le dejaría definitivamente en el grupo de cola. «Todos son partidos peligrosos. Aunque el domingo no sumes y que los de abajo tampoco lo hagan, sería igual de peligroso. Está prohibido perder porque aunque queda mucho tiempo, son partidos trascendentes. No soy de excusas. El Real Murcia somos todos. Yo soy el Real Murcia y hay que echarse el problema en la espalda porque nosotros nos hemos metido en esta situación y nosotros tenemos que salir de esta».
Menos hablar y más trabajar
Una de las claves para salir del agujero donde se ha metido el Real Murcia pasa por reforzar la fragilidad mental del equipo. Aunque cuenta con jugadores con muchas horas de vuelo, como Nafti, Alberto, Acciari, Óscar Sánchez y Albiol, hay otros muy jóvenes que aún no están acostumbrados a jugar con el aliento del descenso en el cogote. «No quiero un equipo que dude, al que le entren los miedos o los malos rollos. Hay gente que sabe manejar estas situaciones y gente que no. Pase lo que pase no va a ser una ruina, pero hay que aprovechar bien las situaciones. Hay que ser realistas y afrontar los problemas. Hay muy buenos equipos por detrás de nosotros y no están desahuciados. Están cogiendo una racha muy buena y ahora mismo no hay nadie descartado ni por arriba ni por abajo. Tenemos que sumar ya», dice Onésimo con rotundidad.
El nuevo entrenador grana mezcla los mensajes directos y la vehemencia en su forma de hablarle a sus jugadores, con los halagos de cara al exterior. Una forma de proteger a sus pupilos y cargar él con toda las miradas. Por eso, el pasado miércoles se cabreó con su plantilla en Cobatillas, aunque ahora le quite hierro. «Estoy satisfecho con ellos. Mi manera de entrenar es de estar muy metido en el día a día, en cada momento, en cada ejercicio. En ningún momento se suspendió el entreno del miércoles porque si se hubiera suspendido el entreno, el primero en decirlo habría sido yo».
Aún así avisa que «nunca dejo un entrenamiento a medias. Si lo suspendo, lo hubiéramos acabado por la tarde, o por la noche. Duró los 95 minutos que estaban previstos aunque sí es cierto que el último ejercicio no nos gustaba cómo estaba saliendo, ni a nivel táctico ni a nivel físico o psicológico. Demasiado hablar y poco solucionar, y yo soy de menos hablar y más solucionar. Simplemente fue un toque de atención».
La imagen de Onésimo hablando con los capitanes al final del entrenamiento estaba prevista en el guión, según el técnico murcianista. «La charla con los capitanes ya estaba prevista antes. Si hubiera querido charlar con ellos y que vosotros no lo hubierais visto, fijaros si tengo sitios para hacerlo. Estaba prevista esta reunión para plasmar las bases de nuestro primer viaje juntos, nada más».
(Texto: laverdad.es) (Foto: Vicente Vicens/AGM)
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