Pablo, el 14 de julio del pasado año te envié desde Panamá a través de este blog una carta en la que te decía entre otras cosas que de los muchos goles que habías marcado con la camisola del Mirandés, muchos de ellos fueron de bella factura, como por ejemplo los que marcaste en la Copa en Villarreal, pero que indudablemente que el gol que nos marcaste días antes, aquel sí que fue por toda "la escuadra".
Antes de que tu vinieras al Mirandés yo ya había realizado infinidad de entrevistas a jugadores, pero nunca quise poner el micrófono a un jugador cuando se iba camino de los vestuarios, porque tal vez podría decirme cosas de las que seguro después se iba a arrepentir por la "calentura" del momento.
Quiero decirte con esto que en estos últimos días seguro que no estabas caliente y tus comentarios los has hecho sin duda en "terreno frió". Me choca mucho que hayas comentado que en el Mirandés has estado hasta que han querido. Lo han querido, o lo has querido tú.
Lógicamente ante esta afirmación el presidente de la entidad rojilla, Alfredo de Miguel Crespo, ha tenido que salir a la palestra para decirte que no "calientes el ambiente" de esa manera y que no confundas a la afición con tus reiteradas manifestaciones. Ni que decir tiene que eres profesional de este fútbol de nuestros pecados y que es comprensible que te vayas a un equipo que te paga más y que entonces tenía otras perspectivas. Es de justicia respetarte por ello. Pero tú también has de hacer lo propio con esos aficionados que todavía no saben porque te marchaste. Por eso te recuerdo: Pablo, así no.
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