De la Champions a Segunda B
C. Román | Palma |
Los futbolistas del Mallorca fueron abroncados por la afición en Anduva después del descenso.
04-06-2017 | Paulino Oribe
La caída del Mallorca al foso de la Segunda División B
obligará al club retroceder casi cuarenta años y quedará registrada,
además, como las más dura que ha contemplado el fútbol español en su era
moderna. Desalojado ya de la LFP a falta de una jornada, el conjunto
bermellón pasará a la historia por ser el primero que milita en la
categoría de bronce después de haber participado en la Liga de Campeones.
La entidad de Son Moix forma parte de un privilegiado grupo de trece equipos que han desfilado por la máxima pasarela continental. Ahí figura su nombre junto a Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid, Valencia, Deportivo, Sevilla, Villarreal, Athletic, Real Sociedad, Málaga, Celta y Betis. Todos ellos, junto al Mallorca, ha intervenido como mínimo en la trama central de la competición y han completado una fase de grupos de la que en su día se quedó a las puertas Osasuna. Entre ese pelotón hay varios clubes que también han pasado por épocas de oscuridad tras lucir en la manga el balón de estrellas. Sin embargo, ninguno ha llegado a caer tan abajo como el Mallorca, que en unos años ha sido víctima de un desplome sin precedentes. Una descomposición a toda velocidad que ha arrasado la imagen de un conjunto respetado en las altas esferas futbolísticas. Similar a la de otras formaciones que sí recorrieron la segunda competición europea, como Oviedo, Alavés o Racing, pero muy superior en cuanto a tamaño y, seguramente, efectos secundarios.
En cualquier caso, el descenso no resulta sorprendente con una gráfica de las cuatro últimas temporadas en la mano. En ese tiempo el Mallorca jamás se ha adaptado a su día a día en la Segunda División, una plaza que hasta junio de 2013 llevaba 16 años sin visitar. Ha conocido a tres máximos accionistas (Llorenç Serra Ferrer, Utz Claassen y Robert Sarver), tres presidentes (Gabriel Cerdà, Utz Claassen y Monti Galmés), tres directores deportivos (Toni Prats, Miquel Àngel Nadal y Javi Recio), nueve entrenadores (Oltra, Carreras, Olaizola, Karpin, Soler, Ferrer, Gálvez, Vázquez y Sergi) y ha realizado más de sesenta incorporaciones. Una cifras inquietantes para lo que poco que han generado. Una locura a todos los niveles que deja al Mallorca tendido en el suelo, más allá de los límites del fútbol profesional.
La entidad de Son Moix forma parte de un privilegiado grupo de trece equipos que han desfilado por la máxima pasarela continental. Ahí figura su nombre junto a Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid, Valencia, Deportivo, Sevilla, Villarreal, Athletic, Real Sociedad, Málaga, Celta y Betis. Todos ellos, junto al Mallorca, ha intervenido como mínimo en la trama central de la competición y han completado una fase de grupos de la que en su día se quedó a las puertas Osasuna. Entre ese pelotón hay varios clubes que también han pasado por épocas de oscuridad tras lucir en la manga el balón de estrellas. Sin embargo, ninguno ha llegado a caer tan abajo como el Mallorca, que en unos años ha sido víctima de un desplome sin precedentes. Una descomposición a toda velocidad que ha arrasado la imagen de un conjunto respetado en las altas esferas futbolísticas. Similar a la de otras formaciones que sí recorrieron la segunda competición europea, como Oviedo, Alavés o Racing, pero muy superior en cuanto a tamaño y, seguramente, efectos secundarios.
En cualquier caso, el descenso no resulta sorprendente con una gráfica de las cuatro últimas temporadas en la mano. En ese tiempo el Mallorca jamás se ha adaptado a su día a día en la Segunda División, una plaza que hasta junio de 2013 llevaba 16 años sin visitar. Ha conocido a tres máximos accionistas (Llorenç Serra Ferrer, Utz Claassen y Robert Sarver), tres presidentes (Gabriel Cerdà, Utz Claassen y Monti Galmés), tres directores deportivos (Toni Prats, Miquel Àngel Nadal y Javi Recio), nueve entrenadores (Oltra, Carreras, Olaizola, Karpin, Soler, Ferrer, Gálvez, Vázquez y Sergi) y ha realizado más de sesenta incorporaciones. Una cifras inquietantes para lo que poco que han generado. Una locura a todos los niveles que deja al Mallorca tendido en el suelo, más allá de los límites del fútbol profesional.
UH Deportes- Mallorca
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