Es el viernes 19 de marzo de 1971. Quien esto escribe y los protagonistas de la foto, teníamos 44 años menos. El escenario es Anduva y el partido se disputa a beneficio de "Aspanias". Juegan las chicas del "Castellano Club" (camiseta azul y pantalón blanco) y las del "Halidey Club", (uniforme totalmente de blanco). La identificación va de izquierda a derecha:
Atrás y de pie: Olga, Berta, Elvira, Rosa Mari, Isabel, Mila, María Jesús, Puri, Alicia, Aldea (árbitro), Félix (entrenador del Castellano) y José Luis (entrenador del Halidey).
En medio: Belén, Charo, Blanca, María Luisa, Violeta y Marisa.
Agachadas: Lucía, Marga, Milagros, Ana Mari, Raquel, Conchi y Conchita.
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Que yo recuerde, es el primer partido de fútbol femenino que se juega en Miranda. Acudió numeroso público y el éxito de recaudación puede considerarse como excelente, porque los ingresos ascendieron a 50.000 pesetas de las de "entonces".
Arbitró el colegiado local Aldea y a sus órdenes los equipos presentaron las siguientes alineaciones:
CASTELLANO: Alicia; Rosa Mari, María Jesús, Mila; Mari Carmen, Berta; Charo, Belén, Olga, Puri e Isabel. También jugaron: Marta, Montse, Elvira y Erólida.
HALIDEY: María Luisa; Conchi, Lucía, Marisa; Violeta, Ama Mari; Milagros, Blanca, Charo, Raquel y Conchita. También jugaron: Pitusa, Charo II y Marga.
Vencieron las del Castellano Club por 1-0, gol conseguido por su interior derecha Belén de un tremendo punterazo desde fuera del área.
Dominó más el equipo vencedor y mostró mejores maneras por lo que su victoria puede considerarse justa.
Presenció el encuentro el delegado provincial de Educación Física y Deportes, Vadillo.
Los expectadores lo pasaron en grande viendo corretear a la casi treintena de mozas, decididas mozas, que estaban la mar de guapas con sus atuendos futbolísticos durante dos tiempos que jugaron de 30 minutos.
El juego discurrió entre el regocijo del público, porque las improvisadas balompédicas dieron un espctáculo altamente gracioso, por sus denodados esfuerzos por conseguir acertar dar al balón, que se negaba tozudamente a ser golpeado, a pesar de tratarse de delicados pies femeninos. Esi sí, hubo algunos momentos, que más por casualidad que por otra cosa, surgieron algunas jugadas de bonita hechura y entonces los aplausos sonaron fuertes. Algunas jugadoras tuvieron que necesitar "ligeros cuidados" del masajista del Mirandés, el popular Adolfo Ramos, pero no se produjeron lesiones de importancia, afortunadamente.
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