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lunes, 9 de febrero de 2015

El contrario también juega

Hoy ya me encuentro más tranquilo porque desde las 11 de la noche del sábado a estos momentos, han pasado ya más de 40 horas, tiempo suficiente para que se me quite el mal gusto de boca que me dejó el 2-2 después de ir ganando 0-2 el sábado en Santo Domingo.
Pero me he dado cuenta que esto puede ocurrir y ocurre. Aunque esté ya lejano el tiempo, recuerdo que en la temporada 1959-60 en un partido en Anduva de Tercera División el Mirandés se fue al descanso ganando por 4-0 al Elgoibar y al final de los 90 minutos el resultado fue de empate (4-4).
Si nos acercamos un poco más, en la primera temporada del Mirandés en Segunda finalizó la primera parte en La Condomina ganando por 0-2 al Murcia y al final del partido empate a 2 porque a falta de 2 minutos para llegar a los 90, empataba Matilla. Entonces, recuerdo que el comentario que se hizo fue de "qué mala suerte".
Y por poner algunos ejemplos de esta temporada en Segunda, nos encontramos que el Barça B en El Toralín iba ganando 2-4 y al final se tuvo que conformar con el empate. El Lugo en Soria, tuvo un marcador a favor de 4-6 y al final se repartían los puntos con un llamativo 6-6 con el Numancia de anfitrión y parece que no tiene explicación no ganar un partido marcando 6 goles fuera de casa. Y uno de los cabeceros, el Spórting de Gijón, terminó la primera parte ganando por 0-2 en la Nueva Creu Alta, y al final el Sabadell rescataba un punto empatando el partido.
Y por "dejarse" empatar el Mirandés en Alcorcón después de ir ganando por 0-2, le llueven las críticas en las redes sociales. Como soy demócrata, las tengo que respetar, pero bajo ningún concepto compartir. Por lo que se está viendo, el Mirandés y dentro de su Liga, no juega ni mejor ni peor que sus colegas. Hay mucha igualdad. Es cierto que hay seis u ocho equipos que demuestran tener otras hechuras, y por si sirve el dato en esos 9 partidos consecutivos que el equipo estuvo sin perder, se cuentan los empates a cero goles en Anduva ante el Valladolid y en Canarias ante Las Palmas.
Por eso le quiero recodar a Carlos Terrazas que hay varios que están esperando como "agua de mayo" que el Mirandés pegue un tropezón, que lo puede tener y no tardando mucho, porque entre otras cosas todos los equipos lo tienen antes o después. Los jugadores del Mirandés no son una excepción y tampoco son máquinas que se puedan programar. Algunos ya están afilando las uñas para saltar sobre la cabeza del míster porque no entienden que "el contrario también juega".

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