César Caneda nació muy cerca de Mendizorroza, pero no tan lejos de Anduva. Vino a este mundo un miércoles 10 de mayo de 1977. Y el que hoy es su equipo entre el nacimiento de César, llegaba de perder 3-1 en Santiago ante el Compostela, el domingo 7 y ganaría el domingo 14 al Torrejón por 3-1, también.
Así a vuela pluma, me acuerdo de que este año el jugador vitoriano marcaba en la 7ª jornada, victoria contra el Numancia por 2-0, el que sería el gol 3.500 del Mirandés de Liga en categoría nacional. En el año 2012, en la misma portería de hoy, anotaba el segundo gol sobre el Español y metía al Mirandés en semifinales de la Copa del Rey, en los últimos suspiros del partido. Y ante el Leganés, en partido inédito, al filo de la bocina, conseguía el único gol del partido conectando la cabeza para meter el balón que llegaba desde el corner. Era el gol que sería el de la victoria. Segundos después llegaría la injusta expulsión de Pedro Martín que por su acción, con una amarilla, hubiera "pagado" por su falta.
Yo no sé cuanta cuerda le queda al reloj futbolístico de Caneda, pero lo que sí se vislumbra es que tardaremos muchos tiempos en ver a un central de estas características defendiendo la camisola del Mirandés.
Por eso, porque yo ya he visto muchos jugadores vestidos de rojo mirandesista, no tengo más remedio que decirle al "Gran Capitán":¡Ave, César, los que sufrimos por el Mirandés, te saludamos."
Seguro Caneda, que todavía te queda.
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