Osasuna y Valladolid, el disgusto

Pamplona y Valladolid son ciudades de segunda

Sus equipos de fútbol pierden la categoría y muchos millones de euros. En cambio Almería, Granada y Getafe siguen en Primera División y una temporada más podrán nivelar sus presupuestos

J.M.M. | 18/05/2014

El defensa colombiano del Granada Jeison Murillo (c) chuta ante varios defensores del Real Valladolid, durante el partido de la decimonovena jornada de Liga de Primera División disputado en el estadio Los Cármenes, en Granada. EFE/Archivo

Miedo, nervios, pasión y mucha tensión en la última jornada de la liga. ¡Y menos que en el estadio de El Sadar (Pamplona) no pasó una desgracia al ceder esa maldita valla. Con tantos maletines de por medio, era lógico que hasta el último segundo nadie cantara victoria. Para los seguidores de Osasuna y del Valladolid comienza su particular travesía en el desierto en la división de plata del fútbol español.

Bajar a Segunda, una ruina

Para los equipos modestos, es trágico perder la categoría. Con la crisis económica actual es imposible que puedan nivelar sus presupuestos y mantener todas sus obligaciones militando en Segunda. ¿Por qué? Osasuna o Valladolid por los derechos de televisión cobran este año cerca de 20 millones de euros. Es decir, el 70% de su presupuesto, asegurado. En cambio, la próxima temporada, por muchos partidos que les televisen laSexta o las autonómicas, no percibirán más de 5 millones. La diferencia es abismal.

San Fermín se empleó a fondo

Y evito la tragedia en estadio de El Sadar después de que cediera esa maldita valla. Más de 50 personas tuvieron que ser atendidas, pero ninguna de gravedad. ¡Menos mal! Una vez más, el capote de San Fermín fue mágico. Eso sí, el santo todavía no marca goles y Osasuna , que en las últimas temporadas se ha salvado de milagro, al final se ha quemado.

Los errores se pagan

Y muy caros. Para una ciudad como Pamplona, lo mismo que para Valladolid, que su equipo baje de categoría significa dejar de ingresar muchos millones de euros. Sí, porque el fútbol, aunque los dirigentes de la Liga de Fútbol Profesional no sepan vender bien su producto ante Montoro y la Administración de turno, genera cada fin de semana muchos puestos de trabajo (directos o indirectos) y da riqueza a todas las ciudades de los equipos que militan en la Liga de las Estrellas. Desplazamientos, hoteles, restaurantes… De media, esta temporada 800 aficionados rivales han acompañado a sus equipos en sus desplazamientos a Osasuna y Valladolid.

El Getafe, por los pelos

Granada y Almería, por sus modestos presupuestos, era lógico que sufrieran hasta el último minuto. Pero el Getafe, de aspirar a disputar una competición europea, casi se suicida y tira por tierra la excelente labor realizada en la última década. Ahora, Ángel Torres, presidente del equipo azulón, debería reflexionar. De acuerdo, que es muy difícil mantener en la élite a un equipo como el Getafe, sin afición propia, al tener que convivir a tan pocos kilómetros con el Real Madrid, el Atlético de Madrid y también con el Rayo Vallecano. Pero, ¿para que quiere el presidente del Getafe que la Comunidad de Madrid le autorice a construir un campo nuevo, si cada domingo, siendo generoso, no van más de 6.000 aficionados a ver su equipo?. ¡Para que más obras faraónicas que luego si a lo mejor ni se inauguran, ni se rentabilizan!

Lo de Villar no tiene nombre

Y la Liga de Fútbol Profesional por permitirlo. Como Ángel María Villar, presidente de la Federación Española de Fútbol, estaba de viaje (¿con Curro en El Caribe?) el Atlético de Madrid no pudo recoger el sábado en el césped del Camp Nou la Copa que le acredita como brillante campeón de Liga. El tal Villar, se la entregará a finales de agosto. O cuando le plazca ¡Que vergüenza! Los dirigentes del fútbol español, acostumbrados a hacer lo que les viene gana, deberían aprender de lo que se hace en la Premier, en la Bundesliga o en Italia. ¡Y luego se quejan de que los chinos y los aficionados asiáticos prefieren el resto de campeonatos europeos, en vez del nuestro. Normal, si no saben vender su producto.

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