La Virgen de Altamira

EL NOMBRE DE LA VIRGEN DE ALTAMIRA,
ANTERIOR AL DE LAS CUEVAS DE ALTAMIRA

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Más de una vez surgió entre los mirandeses el "gusanillo" de la curiosidad sobre la casualidad que existe entre el nombre de la Patrona de la Ciudad, Nuestra Señora la Virgen de Altamira, y el de las cuevas santanderinas llamadas también de Altamira, famosas internacionalmente por su antigüedad y valor de las pinturas rupestres en las paredes de estas cuevas.

Pero el nombre dado a nuestra Patrona y a las cuevas santanderinas no tiene ni ha existido relación alguna aunque las dos provincias están cercanas porque son limítrofes.

Mirando a nuestra Historia podemos ver el por qué de este nombre en estos dos lugares. Por una parte tenemos el de nuestra Patrona, y por otra el de las cuevas; los dos con el nombre de Altamira.

La cueva santanderina de Altamira fue descubierta en 1.868 por Modesto Cubillas, aparcero de Marcelino Sanz, quien la visita en 1.875. Pero fue en el año 1.879, cuando Santuola, acompañado de su hija María, descubrió el gran techo decorado con figuras de animales.

Pronto surgieron polémicas sobre la autenticidad de las pinturas. El reconomiciento oficial internacionalmente se produce en 1.902 y desde ese año se reemprenden las excavaciones, esta vez a cargo de Hermilio Alcalde, quien identificó dos niveles, uno superior de época megdelianense y otro inferior de época solutense. De su excavación también proceden los omoplatos de ciervo que sirvieron para establecer la cronología de algunas pinturas de las paredes de las cuevas.

El nombre que se dio a nuestra Patrona se remonta a siglos atrás. La devoción hacia la virgen de nuestra ciudad puede decirse que es desde comienzos del cristianismo.

Toda esa zona del Ebro está salpicada de templos bajo la advocación de la Madre de Dios.

Cuando comienza la devoción de la Virgen en Miranda, no existen todavía imágenes.

Por el año 804 es cuando los árabes comienzan sus luchas por zonas cercanas a Miranda. El cauce del río Oroncillo y su entorno va a ser una zona de sangre, pues los moros no atacan Castilla por el Duero, según algún historiador, sino por el río Ebro.

Y así se invadió esta parte de la península y ese fue el motivo de esconder las obras de arte referentes a la religión. Entre estas obras se encuentra la imagen de la Virgen de Altamira, talla del siglo IX.

Cuando tras el pasar de los siglos esta imagen es encontrada en la parte más alta de la ciudad, en el término de La Picota, donde se construye el Castillo, se le pone el nombre de Altamira. Por una parte Alta, desde donde se divisa todo, y Mira, porque así se llamaba la torre más alta del Castillo, debajo de la cual se encontró la imagen de la Virgen dentro de una cueva.

Tras haberse encontrado la imagen se construye una Ermita que será destruída más tarde para hacer la fortaleza de Miranda.

La imagen de la Virgen ha estado en diversos lugares por distintos motivos, ya que, por ejemplo, en el siglo XV la población de Miranda baja a la llanura junto al río Ebro y trasladan a su Patrona colocándola en el centro del Altar de Santa María, que es donde estaba el antiguo Hospital de "El Chantre".

Siempre ha estado la ciudad de Miranda con su Patrona, y los acontecimientos de Miranda de Ebro han repercutido incluso en el lugar en que se debía colocar la imagen de la Virgen en las diferentes circunstancias, e incluso han influído en la propia Imagen de la Patrona, ya que según las modas de cada época, se añadía o se quitaban elementos.

Con el nombre de Altamira nuestros antepasados mirandeses quisieron expresar lo que para ellos era la Madre de Dios: Alta, siempre en altitud para poder ver mejor, y Mira, además de estar en lugar alto, lugar desde el que se puede divisar todo.

También toma la actitud de ser una Madre que siempre está atenta mirando a sus hijos y a la población de Miranda que la acogió como Patrona. Y quisieron expresar los mirandeses que querían que siempre estuviese con ellos, ya que como todos los hombres, los mirandeses también tuvieron sus afanes, sus trabajos, su familia, su Patrona y su Ciudad.

Rafael de Juan Palomares

En "Miranda 7 Días", el 11 de septiembre de 1999